Se instala una longitud de cuatro metros paralela a una de las paredes, pero a una distancia suficiente para que el fisioterapeuta pueda moverse mientras camina con el paciente. Se coloca un espejo en la pared en uno o ambos extremos para que el paciente pueda verse y coordinarse mientras deambula.
Las barras deben estar firmemente fijadas al suelo para evitar oscilaciones o movimientos. Deben ser ajustables en altura, generalmente entre 50 y 90 cm, y la distancia entre ambas debe ser de unos 50 a 60 cm.
Estas barras se utilizan para ayudar a los pacientes a recuperar:
- Fuerza.
- Equilibrio.
- Amplitud de movimiento.
- Independencia.
Ventajas:
- Disponibles en diferentes formas.
- Se ajustan a diferentes dimensiones (según edad, actividades y estaturas).
- Se utilizan tanto en fisioterapia como en deporte.
- Adaptadas para introducir sillas de ruedas.
- Brindan estabilidad y seguridad al paciente.
Desventajas:
- Pueden desajustarse.
- Requieren tiempo y habilidad para ajustarlas correctamente.
- No son adecuadas para levantar al paciente solas.
- Las caídas de los pacientes pueden ser peligrosas.
Uso:
- Potenciar la musculatura del miembro inferior.
- Pacientes con atrofia muscular.
- Reeducación de la postura y marcha en afecciones neurológicas como síndrome hemipléjico, poliomielitis, secuelas de Guillain-Barré y enfermedades degenerativas del sistema nervioso.
- Reeducación de la postura en afecciones ortopédicas como hernia discal, traumatismo en el nervio ciático, cirugías de cadera, rodilla y tobillo, entrenamiento y prevención en pacientes geriátricos.
Criterios para el uso de paralelas:
- Pacientes con control del tronco y movimiento.
- Desarrollo parcial del equilibrio y coordinación.
- Que el paciente se sienta seguro.
- Sin aparición de fatiga o mareos.
- Pacientes con control visual.